Las relaciones, como ya demuestran multitud de evidencias, son de vital importancia en los diferentes ámbitos de nuestras vidas.

Nuestras interacciones nos ayudan a crecer, y todos sabemos que solos no podríamos hacer nada. En función del contexto, bien sea profesional, de amistad o familiar, estamos interactuando; hagamos lo que hagamos.

En el núcleo de tan preciadas interacciones está la comunicación. Tanto el hecho propio de comunicar como el de interaccionar, hay aspectos que son totalmente inconscientes. Por el contrario, existe una parte en la que tenemos el control; por lo tanto, podemos atenderla, cuidarla e, incluso, mejorarla.

Es evidente que si queremos mejorar nuestra comunicación debemos atender a qué comunicamos (contenido) y a cómo lo comunicamos (forma); aun así, un factor clave es la relación que creamos con nuestro interlocutor; ya sea a una sola persona o a un grupo. Ese es el punto en el que nos vamos a centrar en este escrito.

“El concepto de comunicación incluye todos los procesos a través de los cuales una persona influye en otra u otras, lo que quiere decir que la comunicación, y no otra cosa, es lo que hace posible las relaciones humanas”

Gregory Bateson

6 puntos que ayudan a mejorar tu comunicación:

Hablar de comunicación es complejo y, como ya hemos comentado, amplio según el aspecto en el que nos centremos. Es verdad que, cuando hablamos de comunicación eficaz debemos atender a multitud de parámetros. Podríamos hablar del receptor, del mensaje, del entorno, incluso del ruido o interferencias que hay en el entorno. Si quisiéramos tratarlos todos, este texto sería interminable. Así que vamos poco a poco.

Centrémonos pues en algunos de los elementos que podemos controlar y que hacen referencia a cómo establecemos la relación con el otro en el momento de comunicarnos con esa persona.

He aquí seis puntos que nos pueden ser muy útiles si lo que queremos es comunicarnos mejor:

1. Si quieres tener una buena comunicación, empieza por una actitud buena

La actitud es, sin duda, uno de los primeros puntos que debemos atender. Una actitud positiva a la hora de comunicarnos transmite las emociones asociadas a esta. Si esperamos que la interacción se dé en clave positiva debemos partir de una actitud que esté a la altura y sea coherente con el contenido del mensaje que queremos comunicar.

El psicólogo Paul Watzlawick, en su “Teoría de la comunicación humana” publicada en 1967, revolucionó la visión de la comunicación que se tenía hasta el momento. Hasta la fecha, se entendía como una acción unidireccional/lineal; P. Watzlawick aporta un enfoque más completo; pues cada una de las partes está relacionada con el resto, un cambio en una, provoca un cambio inevitable en el resto.

Sin querer entrar en todas sus aportaciones, resaltamos parte de uno de los cinco axiomas que, según este intelectual rigen el acto de comunicar:

Los niveles de contenido y las relaciones de la comunicación. Según la “Teoría de la Comunicación Humana”, en cualquier mensaje intervienen dos aspectos: el contenido que se transmite y la relación que existe entre los interlocutores, de modo que el segundo influye en el sentido del primero. El contenido aporta el qué se dice y la relación, el cómo. Ambos se dan siempre que nos comunicamos con otras personas, y lo hacen de forma simultánea.

El nivel de contenido, se da a un nivel racional comunicando información y datos (incluyendo las palabras que utilizamos). El nivel de relación, tiene que ver más con nuestras emociones, con nuestros sentimientos y actitudes; lo que comúnmente llamamos, lenguaje no verbal. Es recomendable mantener coherencia entre ambos. Por lo tanto, si queremos que nuestra comunicación sea positiva, tendremos que tener una actitud positiva.

2. Para mejorar tu comunicación, conócete cómo comunicas

Cuando hablamos de capacidades y cómo mejorarlas, es casi inevitable tratar el autoconocimiento; pues para mejorar algo primero debes conocer cómo funciona, y eso también es aplicable a nosotros mismos. Cierto es que, el autoconocimiento, es un concepto muy amplio con multitud de formas de abordarlo. En este caso, lo haremos desde la visión de la Inteligencia Emocional; es decir, la capacidad de reconocer los propios sentimientos y los de los demás, para utilizar bien las emociones y tener relaciones más productivas con nuestro entorno.

Daniel Goleman, psicólogo y máximo exponen en el desarrollo de la Inteligencia Emocional, propuso la teoría de que la gestión positiva de las emociones era más determinante para obtener resultados positivos en la vida que el coeficiente intelectual. Propone 5 dimensiones: autoconocimiento, autogestión, automotivación, empatía y habilidades sociales. Todas ellas relacionadas con la calidad de nuestra comunicación.

“El conocimiento de uno mismo, es decir, la capacidad de reconocer un sentimiento en el mismo momento en que aparece, constituye la piedra angular de la inteligencia emocional”.

Daniel Goleman

Por lo tanto, directamente relacionado con nuestra comunicación y dentro del autoconocimiento, es importante tener presente estos dos puntos(*):

  1. desarrollar conciencia emocional. Es decir, saber qué emociones experimento y por qué, percibiendo vínculos entre lo que siento, lo que pienso, lo que hago y finalmente lo que digo. Sin olvidar reconocer que efecto tienen esas sensaciones sobre la calidad y efectividad en mi comunicación.
  2. desarrollar la capacidad de autoevaluación. Disponer de conocimiento de mis puntos fuertes y debilidades asociados a mí comunicación.

(*) Tan solo recogemos algunos aspectos relacionados con parte de las competencias emocionales propuestas, dentro de la dimensión del autoconocimiento, por D. Goleman.

3. Gestiona tu capacidad de controlar y modelar tus propias emociones

Siguiendo con el punto anterior, y complementando ese trabajo de autoconocimiento, está la autogestión. La entendemos como la capacidad de controlar y modelar nuestras propias emociones en función de una situación o sujeto en concreto.

Si tenemos en cuenta el axioma mencionado anteriormente de la Teoría de la Comunicación Humana, esta capacidad se hace clave tenerla presente si nuestro objetivo, a la hora de comunicarnos, es obtener un efecto positivo. Centrados en la relación, las emociones juegan un papel importante en este nivel de comunicación.

En resumen, la autogestión, que incluye el autocontrol, y nuestro ego, son aspectos que debemos regular, que solo dependen de nosotros, y que tienen un efecto importante en nuestra capacidad de comunicación. Una manifestación excesiva de ego (que no es ni bueno ni malo, sino necesario) se puede traducir en una comunicación poco efectiva.

4. Desarrollar empatía, un aspecto esencial en tu comunicación

La empatía facilita comprender las emociones de los demás y percibirlas desde su mapa, lo que nos permite mantener una respuesta apropiada a su estado emocional. Este aspecto es fundamental en nuestra comunicación.

Saber escuchar prestando atención a las pistas emocionales; mostrando sensibilidad hacia los puntos de vista del otro, nos predispone a comprender. Imprescindible en un dialogo. También lo es, independientemente del ámbito, reconocer y recompensar las virtudes, logros y progreso; así como ofrecer críticas constructivas e identificar los puntos que el otro debe mejorar. Asesorar, brindar consejos oportunos y recomendar tareas que fortalezcan y alienten las habilidades del otro.

5. Sintoniza y mantén una interacción que te permita tener buenos resultados

Seguro que recuerdas esa ocasión en la que, solo de conocer a una persona, todo fluyo de maravilla; y, por el contrario, otras ocasiones en las que has tenido que contactar con alguien con la que, no sabías ni porqué ni cómo, no había ese “feelling” y se complicado mantener una relación.

Pues bien, la Programación Neurolingüística (PNL) explican de forma muy completa qué ocurre en esas situaciones. Una de las aptitudes que trabajamos en la formación de PNListas es el Rapport o forma muy concreta de sintonizar y mantener una interacción efectiva.

Brevemente, lo que comúnmente decimos en PNL “Hacer Rapport” es atender tanto a elementos lingüísticos como no lingüísticos de la comunicación. Este se establece cuando compartimos con nuestro interlocutor, de forma elegante y no invasora, algunos gestos suyos reflejándolos en nuestros movimientos. Compartimos y reflejamos, de forma muy precisa, el lenguaje corporal, las características de la voz y el lenguaje verbal. Hay diferentes formas de hacerlo.

Rapport lo hacemos de forma inconsciente cuando sintonizamos con otra persona, en ese momento, en PNL decimos que “Estamos en rapport” (en sintonía) en cambio, el rapport se rompe o no se establece con otras. Dominar esta técnica y hacerlo de forma consciente es una capacidad que requiere de formación, practica y perfeccionamiento.

6. Por último y no menos importante, escucha

Como hemos visto más arriba una forma de mantener una comunicación efectiva es sin duda escuchar de forma activa.

Si la empatía se ha realizado correctamente y hemos atendido a los elementos de sintonía, la escucha debería darse casi de forma natural; ya que está implícita en los dos anteriores, pero no es así necesariamente. La escucha necesita ciertas dosis de esfuerzo por nuestra parte.

Sin escucha no podemos interactuar, y sin interacción la comunicación se da en una sola dirección.

Los puntos que hemos compartido son aspectos sencillos. Debido a esto, a su sencillez, muchas veces pasamos por encima su importancia. Si queremos que nuestra comunicación sea efectiva recomendamos prestar atención a estos puntos.