La transición de vacaciones a la rutina de trabajo es un cambio que requiere adaptación; si esta no se da, nos puede generar algunas molestias que podrían llegar a condicionar el rendimiento en nuestras actividades cotidianas los primeros días.

Al tratarse, en la mayoría de los casos, de un cambio gradual, la calidad de esa transición depende, mayoritariamente, de nosotros; lo que permite poner en práctica algunas acciones que pueden facilitar ese cambio.

Aquí van algunos puntos que, esperamos, te faciliten esa adaptación:

Antes de incorporarte, aún en periodo vacacional:

1. Si has viajado para disfrutar de tus vacaciones, regresa a casa al menos un par de días antes.

2. Realiza algunas de las actividades rutinarias que haces el resto del año (en casa, con los amigos…)

3. Adapta progresivamente las horas de sueño al horario de trabajo habitual.

Infografía Cómo adaptarme a la rutina - I parte

Tu primera jornada:

1. Mantén algunas costumbres de las vacaciones.

Por ejemplo: no mires el teléfono móvil, no accedas a tus redes profesionales o no leas noticias especializadas en tu sector.

2. Haz que tu camino al trabajo sea agradable.

Sal de casa con tiempo de sobra y sin prisas. Si te desplazas en transporte público, puedes leer algo que te guste y que no esté relacionado con tu trabajo, escuchar música o contemplar el paisaje.

3. Ya en el puesto de trabajo, comparte experiencias y anécdotas con tus compañeros y, por supuesto, escucha las de los demás.

4. Ordena tu espacio de trabajo.

Se ha demostrado que hay una relación directa entre orden (o falta de este) y estrés. Un espacio bien ordenado facilita mucho mantener la mente serenamente activa.

5. Empieza a planificar.

Por ejemplo: planifica la semana siguiendo alguna metodología que te funciona. Si aún no la tienes es un buen momento para aprender a hacerlo ;).

6. No te lleves trabajo a casa – ¡NO TE LLEVES TRABAJO A CASA! (sí, lo sabemos, está repetida, en mayúsculas y entre exclamaciones…)

Es importante que el trabajo se quede en el lugar de trabajo.

7. Organízate para disponer de un rato de ocio.

Comparte tiempo con tus amigos, familia, pareja o en soledad, haciendo alguna actividad con la que disfrutes. En ocasiones es exigente, por ejemplo, si además de trabajar, tienes niños y no han empezado al cole o tienes personas a tu cargo. Una opción es planificar algo divertido (jugar, salir a pasear, …) conjuntamente.

8. Vete a dormir temprano.

Esto te mantendrá con energía al día siguiente.

Infografía Cómo adaptarme a la rutina - II parte

Las siguientes dos semanas:

1. Fija en tu mente un proyecto motivador.

Esto mantendrá encendida la llama de la ilusión.

2. Afronta los problemas de forma gradual.

No quieras resolver los problemas de golpe. Jerarquiza y utiliza algún sistema de prioridades a la hora de seleccionar por cuál empiezas.

3. Fija objetivos con plazos realistas que te permitan disfrutar del proceso manteniendo una política de pasos cortos.

4. Planifica tus acciones de forma equilibrada siguiendo criterios de importancia-urgencia.

5. Empieza, progresivamente, a cerrar cosas pendientes.

Si hay cosas pendientes que debes atender, abórdalas una a una. Un buen criterio es empezar por la que menos cuesta ;).

6. Después de la jornada mantén contacto con la naturaleza y pasa tiempo al aire libre.

Son innumerables los beneficios de la naturaleza sobre nuestro estado anímico.

7. Cuida tu cuerpo y tu mente: ejercicio, ocio, descanso, relajación…

8. Cambia, progresivamente, las rutinas de vacaciones por las nuevas hasta que, estas, estén instaladas definitivamente.

Infografía Cómo adaptarme a la rutina - III parte

Os dejamos toda la gráfica para que, si queréis, la descarguéis. ¡Es toda vuestra!

Infografía Cómo adaptarme a la rutina